-Tú no vales la pena-
Todo eso es un impulso, sientes como te arrojan una pila de papeles por la cara, te arrojan el café caliente en el suéter nuevo, te lo arrojan todo con un grito, te lo rompen, lo pisotean, lo escupen, lo incendian, te clavan una espada en la espalda bastante cerca del corazón y siguen caminando. Que tan vacía tiene que ser la vida de alguien para hacerle creer al otro que no vale la pena para nadie, que todo lo que lleva por dentro es basura, que todo por lo que lucha es en vano. Aún peor ¿pero que tan infeliz tiene que ser la vida de alguien para hacerle creer al otro que eso es cierto?
Este es uno de los golpes que no puedes dejar pasar. Uno de los golpes psicológicos más dolorosos que vas a recibir más de una vez en tu vida. Cuando una persona se abre hacia otro emocionalmente, es tan vulnerable que un golpe se siente como cien. Cuando yo me abría hacia alguien, cuando le decía lo maravilloso que era para mí, cuando bajaba las defensas para salir del imperio, cuando abría las manos para mostrarle al polluelo que se había caído del árbol, cuando me quitaba las joyas de las manos para lavar los platos, cuando me decidía a luchar para protegernos a ambos, cuando abría la puerta a la media noche para dejarlo entrar, cuando guardaba la mejor parte del pastel para llevárselo mientras caminaba a casa, cuando abría los brazos para abrazarlo y encendía la luz. En vez de tener una reacción reciproca, lo que hacen los seres humanos es envenenar al que se abre. No pueden protegerlo, no, deben herirlo de muerte, no lo dejan en paz, lo ven feliz por hacer lo que sea que haga, lo ven enamorado, lo ven lleno de ilusiones, lo ven soñando con dulzura, lo ven siendo valiente mostrándose como es sin un escudo, lo ven queriendo sin ganas de hacer daño y entonces allí, en ese momento nace inevitablemente la idea de humillarlo, de abusar de él o de ella, de sentir el cuello del otro bajo tus pies. Te van a sacar los ojos, te van a romper todos los platos a gritos, te van a cerrar la puerta, te van a pagar la luz, te van a empujar con fuerza, te van a derrumbar los muros del palacio, te va robar el ave de las manos, no van a querer compartir nada del pastel, te van a dejar afuera cuando los busques a media noche y no tengas donde dormir, van mirar hacia un lado torciendo la boca y no van querer abrazarte, porque para ellos no vales la pena, para ellos, para ellos, para ellos, para ellos, para ellos..
No para mí. Yo te voy a amar más de lo que ellos te han herido.