22 Jun
22Jun

Te duermes en ese sofá como si fuera el único lugar donde se puede encontrar la felicidad. Tú, no eres feliz. Hablas sólo por las noches. Siento que guardas silencio desesperadamente para escuchar un ruido de alguien, alguien que talvez se quedo contigo en casa, alguien que quiere hablar de lo que sea contigo, o alguien a quien le puedas hablar, porque a ti nadie te habla, nadie quiere, por eso tienes que fingir que tienes amigos, amigos que nunca vienen a visitarte si enfermas, amigos que tienes que comprar todo el tiempo con el salario mínimo que te sobra, porque en quien vas a gastar eso, en ti no, porque te has llenado con cosas inútiles todos estos años para tratar descontroladamente de calmar ese vacío hondo que llevas por dentro y te hace comer hasta la ultima papa frita de Mcdonalds. El gordo. El tipo lleno de carne que está vacío con sigo mismo. El que la gente le tiene lástima, porque se ve como un monstruo y no como una persona. El enemigo de los números y de las tiendas de ropa bonita. El gordo, es un mundo, un mundo en el que nadie quiere vivir. Te desprecio, porque algo dentro tuyo se desespera por compañia, y la conseguirias como fuera, eres el circo de la lástima, y no podrías inspirar otra cosa. Todos estamos aquí por lástima, y te crees el cuento de que ya no te sientes como en la escuela cuando nadie te elegía para jugar por ser tan gordo. Eres gordo. Eso no lo va cambiar con las comidas que te embutes cuando estas solo, ni con los viajes ni con los amigos falsos. Odio que estés. Que estés allí, cayéndome encima con tú simpatía fingida y tus jodidos problemas existenciales europeos que de problema no tienen nada para un latino bien puesto. Abres la puta boca para dar ideas culas que solo te parecen bien a ti y gracias a Dios todos te dejamos solo, porque mereces estarlo. Mereces morir en ese sofá sin que la ropa te quede. Solo, pasas las horas, las semanas y los años. Nadie viene por ti; y ese celular nunca suena, nadie te necesita y te desespera ser tan inútil, pero me da igual. ¿Sabes que más me jode de lo jodido que estás? Que arruines mis planes, mis planes precisos, llegas con el culo sucio porque no te bañas ninguna mañana, y manejas hasta el trabajo cuando queda a dos cuadras, vas y vienes con tu ropa arrugada, porque ninguna mujer te quiere lo suficiente para guiarte, para plancharte la ropa por caridad y apreció, no, las putas a las que les pagas no están ahí para cuidarte cuando estás enfermo  y mamartelo, no, ellas solo están para mamartelo y para cobrar, y te seguiran cobrando siempre porque estas gordo y mamartelo cuesta y cuesta caro, porque da asco tu cuerpo, esa es tu vida, tu vida es abrir la puerta del auto, y entrar a una casa sola donde nadie te espera ni te ha esperado jamás. Te dejaron. Te dejo el tren. No le tienes miedo al fracaso porque eres un fracasado, ¿Piensas arreglar tu vida a los cuarenta y solo? Yo hubiera a amado a cualquier mujer que me hubiese querido así, con todos los problemas que escondes en la ropa sucia,  pero tú tuviste mujeres que te amaron y las dejaste partir porque querias una de veinte años como un loco. Solo una mujer interesada hasta el alma en dinero se dejaría tocar por ti y se pondría en el trabajo de mentirte cada día. ¿Una mujer que te ame? No existe tal mujer; ninguna quiere ese puesto al lado del sofá contigo un domingo, eres tú solo en el sofá para siempre, estás acabado, tú no estás en quiebra pero tu corazon si esta en bancarrota. Estas jodido y quieres arreglar todo a los cuarenta años, todo para conseguir una tetas y culo más joven. Como se ve que no has aprendido nada de la vida. Perdiste en vano, al envejecer, envejeciste mal, y no hay solución. Acuéstate en la cama otra noche y otras tardes, sigue durmiendo porque ese es tu refugio contra las miradas de desprecio de las mujeres que tú buscas, nadie te quiere de verdad, tus ayudas son débiles y de segunda mano, encierrate y solo sal a orinar, tus logros son de cobre, nadie te admira y eres tan poco apreciado que vives siendo comido lentamente por la soledad, y no la soledad buena, no, la otra, la soledad que tu creaste cuando lloras y tragas en Macdonalds, ahogandote en toda esa grasa que amas, porque es esa grasa la única que no te ha abandonado. Porque aunque pagaras en euros un bypass gástrico, nadie te va elegir porque para colmo de todas tus desgracias ser gordo ni siquiera es el problema, gordo maldito.

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