No conviertas tus sentimientos en un asunto público.
Analiza que parte de tu sentimiento de exclusividad esta involucrada, quizas sea la sexualidad, el compromiso, los planes conjuntos, la intimidad, la química intelectual… Céntrate en aquello en lo que ya no te sientes único para la otra persona, no generalices el problema al resto de ámbitos de la relación.
Intenta desdramatizar la posibilidad de la ruptura. Tu pareja también tiene fecha de caducidad. Para todo hay un final. Resulta imprescindible que te plantees el objetivo sabiendo que te gustaría recuperar la sensación de ser único para el otro, pero no necesitas conseguirlo. Quieres a ese ser, pero puedes vivir sin él.