11 Dec
11Dec

El profesor me dijo que fuera comer, que me tomara mi tiempo, que dejara mis cosas sin ninguna prisa. Lo primero que pensé con todo el desorden de emociones dentro de la cabeza, fue con seguridad, que me iba a dar malas noticias, ¿proponerme que? dejar el semestre, ¿tan mal me había ido? mínimo las notas y los controles habían sido un desastre, ¿pero proponerme que? me repetía mientras hacia gestos demostrando que estaba supuestamente relajada, pero no, yo nunca estoy relajada, yo soy un relámpago y una tormenta por dentro, la odisea y la ilíada que se repite todos los días, ¡dios se apiade de mi! ¡y ahora este francés tan arrogante se levanto con ganas de joderme el dia! y yo solo recordaba que los libros que dejaba en su escritorio costaban 200 euros cada uno.

Me senté. Me hice la marica, porque es mejor parecer marica cuando se trata de recibir malas noticias, te deja tiempo para pensar mejor las respuestas en una situación desagradable. 

-Ana, quiero proponerle algo, estuve reflexionando, todos ustedes tienen que viajar a París, y las fechas están estipuladas por la facultad...

Sentí como se me deshacía el estómago, París, la capital de los suicidios y las decepciones amorosas, la tragedia viviente de los franceses que compran café a 5 euros, si, lo recordaba, recordaba ese paisaje grisáceo, la gente puteando todo el dia, y lo maleducados que son los parisinos, porque lo son y bastante. La cantidad de árabes que roban por todos lados. Quise voltear los ojos. Pero me obligué a parecer tranquila. Nadie habla mal de París, no se puede, o más bien no se debe, no es algo que esté bien visto, entre franceses amigos quizás, hay muchos problemas en la ciudad luz, pero no se debe hablar mal frente a los extranjeros, definitivamente no, es un tema censurado. Quitarle la magia a París es castigado por la ley. Es ser desleal a Francia y por ahí es que  empiezan los problemas.

-Para mi es particularmente importante que usted vuelva a viajar, su trabajo es excelente, necesita mas guia y más orientación, evidentemente, es cierto que habla francés mucho mejor ahora que antes...

Yo, por dentro solo gritaba por ayuda.

-Su ingles es demasiado bueno, la mejor de mis estudiantes, por esto, quiero pedirle si puedo recomendarla con uno de mis colegas que busca hacer diseños para Reino Unido, si usted cree que podría tener espacio en su agenda, siendo consciente de que también debe viajar a París este año, para aceptar este trabajo.

Yo solo lo miraba, ¡DIOS MIO! ¡INGLÉS! ¿este tipo se sentó a hablar con alguien de mi? ¡Ni me conoces men! ¡podría ponerte una bomba debajo del escritorio en estos momentos porque la verdad es que me caes como una patada en el culo! ¿este tipo me recomendó? ¡Y YO QUE TENGO MIL COSAS QUE HACER TODOS LOS DÍAS!, pero no me puedo negar, ¡JA! donde le diga que NO en la vida me vuelve a hablar, a parte si o si esto es EL MILAGRO DE NAVIDAD, ¡me encanta!, entonces tengo que hacer magia, tal cual harry potter para poder enviar los diseños en el tiempo que me pidan, y no solo eso, tengo que hacer un trabajo de primera calidad porque este tipo me recomendó, y si lo hago quedar mal... ¡no, ni pensarlo! ¡a trabajar a muerte! tengo que aceptar, no puedo dejar pasar la oportunidad. ¡No cuando se presenta así en una tarde del lunes, un día soleado de invierno en Francia!

Me abrió los ojos azules y guardó silencio. Acepté.

-Bueno, si estás de acuerdo vamos... ella nos está esperando en la primer piso del edificio, quiero presentarte, y asegurarme que los términos del contrato estén claros, y los horarios, voy a acompañarte, pero serás tú quien haga la negociación.

Me quedé boquiabierta, los franceses son demasiado comprometidos con todo. Y este  hombre no quería perder ni un minuto. Me levanté, lo escuchaba hablar sobre el salario, sobre el tiempo sobre la disponibilidad, me aconsejó que era justo y que no en menos de siete minutos. Muchas cosas yo las sabia pero no dije nada, soy un genio, es verdad, pero hay cosas que solo se aprenden a través de la experiencia de otros, y este hombre tenía mucha, lo entendía, él me miraba, y veía a una niña, después de todo. Eso es lo que yo parezco a simple vista.



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