23 Jun
23Jun

"Puedo hablar solamente por experiencia propia.

El padre de mi hijo es un hombre bello físicamente, agradable, le gusta cocinar y lo hace muy bien. Es tranquilo, fiel y muy tierno. Me gustaba mucho. Éramos muy jóvenes y la verdad fui muy inmadura. Quedé embarazada, y eso me hizo preguntarme si la vida con él era lo que yo buscaba.

Trate de visualizar mi vida 10 años después con él. No me vi feliz.

Terminé mi relación con él y decidí que mi bebé iba a nacer. Nunca le prohibí al padre de ver su hijo.

Con los años, me di cuenta de que tome la mejor decisión. Nunca me arrepentí.

El día que mi hijo cumplió 6 años, me preguntó porque papá no vivía con nosotros. Sólo le respondí por que papá quería regresar a vivir donde el nació (vive a 5 horas de donde vivimos, en otra ciudad).

Y por que papá y yo no pensamos igual. Pero los dos lo amamos mucho, y somos amigos.

A los 11 años mi hijo me hizo la misma pregunta. Pero esta vez quería más explicaciones.

Simplemente le dije todos los puntos por los cuales yo no quería vivir con él. Y que yo sabía muy bien que íbamos a tener muchos encuentros fuertes. Que no quería que mi hijo viviera en medio de peleas y discordia. Le recordé todas las veces que visitabamos a sus abuelos, cenamos todos juntos. Su padre con su nueva esposa y sus 3 hermanitos, sus abuelos y yo con mi nuevo esposo. Él podía disfrutar de sus 2 padres en la misma cena, todos compartiendo felices. Le pregunté cuántos amigos tenía a los que les pasaba lo mismo.

También le pregunté como ve la relación de los padres de sus amigos. Tres de sus amigos tenían un padre que tenía una amante y sus amigos lo sabían. Sufrían por que su padre era un descarado pero no se sentían capaz de decirlo a sus madres.

Vivían en medio de la discordia, pelea gritos y golpes. El desamor, la falta de cariño.

Cuando mi hijo cumplió 24 años, ya habiendo compartido mucho con su padre y con un poco más de madurez me dijo:

“Gracias madre, por haberme dado tranquilidad y paz en nuestro hogar. Gracias por haberme dado el derecho de compartir momentos felices con los dos juntos y ser la amiga de mi padre. Gracias por enseñarme que a pesar de que mi padre no era para ti es un buen hombre. Por enseñarme que se puede dar estabilidad, amor, cariño, una vida llena de felicidad si los dos padres dejan el orgullo y piensan en el bienestar del hijo. Gracias por no hablar mal de mi padre y por enseñarme a amarlo así tal cual como es sin desear que sea diferente. Pero también gracias por decidir separarte de él. No hubiéramos sido felices los tres.

Hoy mi hijo tiene 29 años, seguimos reuniéndonos todos y creando momentos felices con todos nuestros hijos. La esposa de mi ex y yo nos sentamos al final de cada cena, con una copa de vino y vemos nuestros hijos felices juntos. Eso nos hace dos mujeres felices."

Yo no amaba a mi ex, dejé que encontrara quien supiera amarlo como se lo merece. Decidí que por la tranquilidad de mi hijo, yo me tenía que separar. Y no me arrepiento.

Está claro que hay que tener las cosas claras y saber mantener la paz. Nunca abandonar a tus hijos. Esta decisión la tome por mi hijo aunque parezca lo contrario.

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