A los hombres que están aquí, se les permite irse, porque nunca tendré el poder de obligar a ninguno para quedarse a mi lado, siempre tendré las puertas abiertas de mi palacio para todos ustedes, pero una vez crucen esa puerta no podrán regresar. Yo no creo en el olvido, yo no creo en el perdón. Solo creo en lo que pesa dentro del corazón, porque mi corazón siempre recuerda. Recuerda a los que me abandonaron, a los que me dieron la espalda, a los que me dejaron morir, a los que me dejaron solo.
Pero los que se queden aqui conmigo, los que continúen conmigo, tienen mi entera confianza, mi amor eterno, y por ustedes no solo daría mi vida, sino que daría mi muerte. Nunca el hombre que se marcha es semejante al que el que se queda, el que se queda es mas valiente, mas fuerte, mas leal, porque ha decidido permanecer con voluntad. Por eso os digo permaneced en mí, y yo en vosotros. Del Hebreo méno que significa quedarse en un lugar, esperar, durar, perdurar, perseverar, persistir. ¡Yo os ofrezco una alianza de mutua confianza y lealtad!
¡Conmigo jamás estarán solos cuando los golpeen las desgracias y las tormentas! ¡Heme aqui mojado, con frío y sordo por los truenos que caen! ¡pero con vosotros!
¡Porque yo estaré a su lado! ¡no los dejare! ¡no hay oro que pueda llenar mi alma ni dolor que me espante! ¡el amor será mi tumba y mi último suspiro! ¡quédense conmigo hasta el final! ¡porque yo no quiero abandonarlos! ¡siempre juntos como en el lago de tu pintura Ana!