Después de tantas lágrimas para que me quisieras, después de quedarme en un rincón de tu vida casi que por capricho, porque me metí a las patadas, rompí el cerrojo para escabullirme por la puerta de atrás, me robé todo lo tuyo porque sentí como te caía una luz magnífica ¡oh esa luz brillante e hipnótica! A pesar de tus innumerables advertencias de que querías estar sólo y que yo deliberadamente ignoré por completo, quebrando todas tus leyes, me rompí a pedazos para poder entrar como fuera a un corazón que no quería invitados.