Haber pasado el 2020 sola en Europa fue el logro más grande de mi vida, porque estuve a punto de morirme cada mes. Pero mi necedad de acabar todo lo que empiezo es lo que me alentó a caminar bajo la tormenta. Gracias a Dios nunca fui consentida, gracias a Dios nunca fui mantenida por mis novios, gracias a Dios no me quedó grande buscarme un trabajo, gracias a Dios siempre me senté sola a estudiar, gracias a Dios no vivo de la opinión de los demás, gracias a Dios no me comparo con nadie, gracias a Dios no me dejo ganar por mis miedos, gracias a Dios aprendí a vivir una vida difícil desde niña porque sino estaría jodida, pobres los que no han tenido que comer mierda en la vida porque el dia que les toque comer un poquito van a asfixiarse con una migajita de pan.
Que peligro cuando les toque asumir un despido, una quiebra, un divorcio, una enfermedad y una muerte al mismo tiempo sin perder la cordura. Porque la vida real tiene más y mejor drama que Netflix. Porque ninguna persona es para siempre, porque los papás se van, porque los amigos se van, porque el novio se va, porque los hijos se van, porque los gatos y los perros se mueren, y ahí en medio de la tormenta es cuando sabes que lo único permanentemente eres tú y que dentro de ti viven todas las estrellas del universo girando, ardiendo, explotando una contra otra sin hacer ruido, sin tener final. El caos vive escondido dentro de los corazones de los hombres y los hombres no conocerán la paz hasta que abracen su eterno caos.