Jodidos.
Estamos jodidos.
Ponerme a pensar en quien esta peor que yo, es con seguridad un mal chiste, la humanidad se esta mostrando lo menos humana posible en medio de esta pandemia que aparece no tener fin, todos encerrados a voluntad, o salir y morir. Así se planteaban las cosas en mis dias junto a la ventana, mirar hacia fuera y pensar, ¿sera que hoy me contagio? ¿me estoy salvando de algo si me quedo otro dia aqui en casa?, los días que con frecuencia eran soleados, y otros nublados y escandalosamente fríos me hacían sentir un dolor de libertad. La libertad de perder el tiempo en otro lugar. La romántica idea de que si sobrevivimos seriamos los primeros en arreglarnoslas después de una guerra biológica me daba vueltas en la cabeza como queriendo ser una esperanza muda, yo tenia esperanzas, esperanzas de que todo esto dejara de ser una fachada de un apocalipsis inesperado, y fuera mas bien una prueba de psicologia que solo los mas aptos aprovechamos.
Me había frustrado, había decaído días atrás presa de un ataque de ansiedad, el más fuerte de mi vida, el cansancio de las obligaciones que aparecían sin cesar en mi casa, era insoportable como hacer las filas en el supermercado, iba a escribir dios mio, pero voy a escribir solamente joder, joder, joder que poca confianza tengo en los seres humanos, que poca fe tengo en la humanidad, ¿que vamos a hacer?, atrapados aquí nosotros los pocos cuerdos, los plenamente conscientes y pensantes, ahora soportando a tanto loco desaforado en las calles, a cada maldito subnormal que nos triplican en número. Muy pocos han quedado encerrados con personas que aman, muy pocos, la preocupación si es el pan de cada dia, y es mejor no saber nada, no saber puede salvarte la vida mucho tiempo.
Los aliados son el internet y las pantallas, leales a nuestro servicio hasta el final de sus días. Las maquinas nos están salvando de una manera vergonzosa, las maquinas protegen la poca humanidad que nos queda, en un mundo virtual que se llena de nuestras emociones: gritos, peleas, lagrimas, risas y voces. Del corazón pasa a la maquina, y en proceso todo permanece allí, todo lo que nos importo alguna vez permanece en ese imperturbable espacio online. La maquina nos informa, nos alimenta, nos estabiliza, nos da control de las posibilidades en medio del caos de la pandemia, nos acompaña con música y radio, nos comunica con otras maquinas para dialogar con otros humanos, la maquina es nuestra niñera de tiempo completo, la maquina hace que por ahora no queramos salir corriendo hacia la nada buscando el final más inmediato a esta pandemia, contagiarse si o si para poder vivir. Libre.
Nada puede ser mas trágico que estar infectado o no tener internet ahora mismo. Estamos jodidos. El humano que siempre ha sido una amenaza para si mismo, se enfrenta a su peor enemigo, su propia vida, y estamos unos contra otros, nosotros contra nosotros mismos, mano a mano, aquí todos están luchando todos los días contra si mismos. La lucha libre del espejo. Un espectaculo sinceramente lamentable, porque muchos caeran vencidos antes de ser contagiados.