El final de la vida es la muerte, no es un final feliz y eso lo dice todo.
Por eso la vida tuya y mía tendrá felicidad así no la tenga, ¡la tendrá!, se la pondremos en lo insignificante, en la crema de dientes, en las chipas de chocolate del helado, en la música del auto, en los besos que te dejo en la espalda, en los bombones que se llevan en los bolsillos, en los cubitos de azúcar del café, en el silencio mientras escribo, en el olor de mi cabello, en tus pestañas, en las cuerdas de tu guitarra, en los besos con el tapabocas, en acostarse en el prado mientras miramos la hojas de un árbol bailar.
La felicidad se la pondremos a la vida nosotros, solos o juntos.