Los franceses aman mi apellido, eso fue algo muy inesperado, pensé que aquello iba a morir atravesando el mar, pero no, aquí en Francia, tener un apellido británico fue mi escudo ante una cultura que es salvaje con lo extranjero. Y, mi espada fue claramente mi personalidad, sin esas dos, yo no hubiera sobrevivido el arrostramiento que es vivir en Europa.