Subir a la montaña y enfrentar la tormenta que golpea el pueblo durante el invierno, siento que estoy siempre adelante de esas nubes grises, sus rayos, sus relámpagos de eventos desafortunados que caen y me golpean sin vacilar como las gotas de lluvia y la brisa fría de una tempestad que retuercen mi pecho durante todo este naufragio. Mi naufragio.
Una vez más cerca del precipicio.
Una vez más esperando el primer rayo de sol de la mañana.