Me canse de rogarle. Hay veces en que ocurre eso, que por mucho que corras, te ves incapaz de avanzar, como en un sueño. Y todos tus esfuerzos no hacen más que multiplicar los obstáculos, que crecen tanto como tu obstinación y como tu testarudez, en una secreta conexión mágica. No sé porque a ella y a mi nos había tocado pulsar la fibra sensible del destino y convertir en imposible lo que había podido ser un milagro.