18 Feb
18Feb

No encontré una manera más conmovedora de que entendieras lo mucho que te he extrañado y desgraciadamente soy muy orgullosa para seguirte escribiendo, además el riesgo de que me bloquees aumenta en cada uno de mis intentos y seguro que me bloqueas en este porque soy una pesimista consagrada contigo.

Me inquieta toda esta insoportable distancia emocional infranqueable entre nosotras que me ha frustrado de todas las maneras posibles, no sé de dónde viene, no sé como apareció, no sé de qué se alimenta, es como una extraña neblina que cae sobre un bosque lo que esta ahora mismo entre tú y yo ¿Porqué no me escuchas? No sé como convencerte de que me hables, sí talvez suena egoísta pero yo soy egoísta. Todo esto es mi culpa, porque siempre es mi culpa cuando no me hablas, pero siempre había sido capaz de que me perdonarás con mis frases ridículas, mi melancolíca ternura, mi desagradable sentimentalismo y claro cómo no, con mi evidente falta de dignidad. Pero aún así no logré que me hablarás, llevo años sin hablar contigo, por primera vez me ignoras de una manera fulminante, es que ni siquiera lees lo que escribo, nada, en tu cosmovisión yo no existo de ninguna forma.
No me obligues a perderte, no me obligues a seguir buscando a alguien que se parezca un poco a ti, no me obligues a seguir hablando con la gente normal, por favor, no sabes cuánto lo odio, lo odio tanto, tú sabes que yo creo firmemente que la mayoría de personas son insípidas e insufribles, y no me he equivocado, yo le agrado a la gente pero ellos no me agradan a mí porque muy poco disfrutó yo de la compañía del prójimo. Siempre me ha gustado más mi propia compañía.

No sé cuántas veces he escrito sobre ti en la casa de Charlie, y me equivoco al decir sobre ti, porque tú no eres la persona que yo recordé en las islas del norte de Alemania, la persona que yo recuerdo a menudo es mucho más joven, la parte de ti que quedó viva en mi memoria fue tú yo más joven, la niña que todavía no estaba preparada para vivir, la que escribía poesía, y la que yo hacía sentir mal con una trágica facilidad, casi siempre, casi por todo, casi apropósito, debiste haberme escuchado cuando te decía que te largaras y me dejarás en paz, debiste hacerlo Carolina, porque yo alejo a las personas para evitar justamente esta rogadera intermitente de novela británica del siglo XIX ¡Por poco y puedo sentir a Blake respirándome en el cuello!

Te escribo porque me da un enorme placer recordarte, me he resignado a tu indiferencia porque no me quedó de otra, porque escribirte es más un lamento que un reclamo, y yo me estoy lamentando, así que no te escandalices porque por muy romántica que sea la manera en la que te escribo, energía no tengo para salvar todo lo que sea perdido, eso nunca será parte de mi destino, soy un artista y es muy posible que todo lo que hago y haga, sea y se vea eternamente romántico, lo cual no me molesta en absoluto. El amor ha sido un dolor del que nunca he quise escapar.

Yo sé que no quieres escucharlo de mí pero lamento lo de tu padre, no estabas lista para esa pérdida, no sé cuánto habrás llorado, no sé si duermes por las noches, no sé si estas angustiada por el futuro, no sé que tan grande es el vacío que tienes por dentro, no sé si estas yendo con el psicólogo, no sé si tu novia te ayuda a llevar el peso de toda la perdida, no sé nada, son otros los que te abrazaran, yo no podré, primero porque prefieres que te claven cien alfileres en los ojos a que yo te abrace y segundo porque vivo en el mar Mediterráneo, bastante lejos de tu realidad, yo he vendido mi alma a este país de maneras terribles, es muy tarde para mí, Francia me ha domado por completo ahora soy un perro de casería que todavía pinta, vivir aquí encaja perfectamente con todo lo que siempre quise, con todo lo que ellos quisieron, los antiguos y los nuevos dioses.

Lo que he visto en Europa es peor de lo que me imaginaba, no vienen tiempos mejores, aférrate a algo pronto porque todavía vienen olas más grandes de incertidumbre, desesperación y desesperanza. Los virólogos alemanes aseguran tres años 2020 a 2022, Francia se niega a cerrar las escuelas para mover la economía, estamos exhaustos, tenemos pequeñas tiendas plásticas por todas partes de tests anti-covid, salimos con dos certificados del gobierno diariamente impresos o en el móvil, hay que renovarlos cada día, es demoledor mentalmente hablando, la gente se reúne clandestinamente a comer en las oficinas, en las casas, y en los parques, no hay otros sitios abiertos, tenemos un toque de queda de 6am a 6pm, nadie escucha noticias, solo esperan los comunicados por Twitter, todos han procesado finalmente que tienen que aprender a vivir con el virus porque Macron ha hecho ver la pandemia como una guerra biológica, Estelle y yo nos abrazamos en mi cumpleaños fue una sensación completamente nueva, hace mucho no nos abrazábamos aunque nos vemos todos los días, Jeanne me abraza diariamente sin falta, Louise igual, lo hacemos solo una vez en la calle y en casa todo el tiempo posible, los franceses más jóvenes se besan clandestinamente en algunos rincones de los parques, bueno es el curso de la vida, que más se puede hacer, el amor adolescente es fuertemente estúpido. Yo estuve muy grave, pero como necesitan tenerme con vida en esta dimensión, Thibault me llevo con él en el auto y estuve bajo su cuidado día y noche hasta que me alivie, voy a omitir los detalles sexuales y el drama, no fue Covid.

Debí enviarte un dibujo y resumir todo esto con una imagen, pero a tí te gusta leer, siempre te gusto leer, suelo recordarte muchas veces cuando estabas sentada leyendo mientras te acariciabas el cabello, lo cuál es bastante extraño porque cuando estabas conmigo nunca leías nada, tú leías cuando estabas sola, cuando estabas conmigo solo hacíamos cosas que me gustaban a mí, salir, comer, dormir, hablar, vomitar, escuchar música, ver series, ver anime, regañarte mientras dibujabas, regañarte por no hacer los ensayos de la universidad, regañarte por gastarte tu salario en libros de Amazon, regañarte porque te daba miedo llevarle la contraria a tu mamá, regañarte por salir con mujeres que te doblaban la edad, regañarte por hablar mal de Laura Otero y después querer desesperadamente ser su amiga, siempre buscando la aceptación de los demás mon cœur, ma douce vie, Oh là là là ! así que traté de escribirte algo medianamente decente porque sé que te gusta leer, o talvez no, talvez te gustaba más que yo dibujará.

Ahora que lo pienso ¿Porqué no dibujé para ti?

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