04 Apr
04Apr

Carta a mi madre,

Sospecho que siempre tuve que escribir esta carta, aunque siempre supe que éramos completamente diferentes, así que no insistí en cambiar absolutamente nada de mi misma. Ni tampoco insistí en cambiar algo de ti. Tú y yo no nos llevamos bien y eso siempre fue para mi algo muy natural.

Por desgracia mi tristeza no sea ido, no quiero estar obligada a vivir, no es culpa de nadie, el daño que tú y mi padre me causaron no es nada comparado con lo que he sentido en otras semanas de mi vida, de lo que estoy sintiendo ahora, y el dolor no ha sido tan profundo como el daño que me han hecho muchas otras personas que poco o nada me han querido, personas que han tenido que olvidarme, y yo olvidarme de ellas. Así que no quiero que te sientas culpable o si alguna vez lo hiciste, no lo hagas por nada del pasado, ni del presente, ni del futuro, todos sabían que mi vida iba ser una vida complicada, era la profecía que traía escrita en el alma, imborrable y permanente, para mi lo más importante sería siempre el amor y eso tendría que traerme bastantes problemas, problemas que no iba a poder solucionar, o que iba a tardar muchos años en solucionar.

Siempre vi que tú eras feliz viviendo tu vida simplemente sin pensar demasiado, sin querer buscar otros finales. Pero yo, yo si me he complicado bastante. Porque justamente y con redundancia cosmológica he pasado toda mi vida buscando cambiar, esta, mi vida, y ahora estoy bastante cansada. Cansada de llevar en los ojos un destino que no pedí, así como tú no pediste ser madre y yo no pedí amar. Pero las cosas así se han creado sin que tengamos la mínima conciencia del doloroso camino que es vivir, avanzar, tomar decisiones sin tener si quiera una mínima luz en un camino que será siempre oscuro.

Mi vida es una vida compleja madre y ya no sé como volverla simple. Ya no sé cómo.

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