El muro más difícil de derrumbar ha sido mi profunda creencia de pensar que ser mujer era no tener la fuerza suficiente para enfrentarse al mundo, que siempre iba a necesitar ayuda de un hombre para vivir, y que equivocada estaba, no es fácil, pero el valor que tiene una mujer para salir adelante sola si es necesario, es por mucho un esfuerzo colosal e inimaginable que le entrega a ella una confianza absoluta en si misma, y la vuelve una figura magnífica de amor y de admiración que difícilmente un hombre puede igualar.