Yo sabía que mis padres estaban bastante lejos de saber quién era yo, que no podían entenderme, y enfrentarme a esa dura verdad cada día fue frustrante, fue muy difícil, fue una carga horrible que me lastimo de muchas formas la vida y el alma. En ninguna acuarela de prescolar quise dibujar a mis padres, siempre comenzaba por dibujarme a mi, y después quedaba yo complemente sola en medio de una hoja blanca.