12 Sep
12Sep


Recuerdo qué yo había contestado una de las llamadas de Juan, él estaba feliz y entonces decidimos conversar sobre su apartamento, él siempre coloca la video llamada para que las personas lo observen, pero lo único que yo podía observar era el evidente e invasivo desorden de su cuarto, zapatos, medias, monedas, cargadores, libros, dos gatos negros, peluches, camisas, tazas de café de ayer o del algún otro día, platos sin lavar, envolturas de galletas, el desorden permanente en su escritorio de trabajo, el desfile de cosas sin sentido puestas todas sobre la mesa donde estaba el teclado y los cables revueltos llenos de polvo.

¿Cómo puede vivir así? Era lo único que me confesaba mi mente cuando Juan estaba hablando.

Ocurrió algo inesperado, Oliver me escribió un mensaje diciendo que saliera mucho antes de la hora prevista porque las niñas estaban algo enfermas en la escuela, no puede ir yo estaba totalmente sobre el tiempo, y aunque quizás haciendo un esfuerzo sobrenatural lo hubiera logrado, no tenia ganas de correr, le envié un mensaje qué yo no podría ir más temprano pero que podría ir a la hora de siempre, la hora del planning.

Me preparé lentamente y salí de casa a toda prisa, siempre me digo a mi misma tengo que comenzar a prepararme una hora antes para poder salir a tiempo, es decir salir y caminar despacio, salir y no tener qué correr pidiendo a gritos que el tiempo no avance demasiado rápido. Cosa qué me pone de muy mal humor, siempre he defendido el valor de la lentitud, del descanso y de la pausa. 

Vivir a las prisas simplemente no es vivir.

Cuando abrí la puerta las niñas estaban en el sofá viendo las caricaturas de siempre, recuerdo que estaban bastante mareadas por la vacuna pero perfectamente bien, Oliver me dijo que en la noche cuando volviera del trabajo pedirían MacDonals, ellas sonrieron felices.

No las moleste en absoluto, deje que vieran televisión tranquilas, siempre recuerdo lo mucho que me gustaba ver televisión de niña en silencio acostada en el sofá. Oliver regreso al cabo de un tiempo por que había olvidado algo, recuerdo qué las gemelas y yo estábamos jugando Mario Bros en la consola, se fue y yo organice el escritorio, jamás esta organizado, y sentí el impulso de ordenarlo para que las niñas lo usaran mas fácilmente.

Luego cuando terminé y categoricé todo, decidí dibujar en la mesa con las niñas. El dibujo para mi no es una actividad, es mi mood de reparación, me calma, me alivia, es como un medicamento podría hacerlo siempre, gratis o con paga, es cómo respirar, es algo que el cuerpo me pide, dibujar suena algo sencillo y sin gracia, la sola palabra parece quitarle la magia, pero es todo lo contrario, dibujar en todo, en papel, en los muros, en la pantalla, en la tela, en la piel, en el cuerpo, etc. Es vivir.

Coloqué Peter Pan, me encanta Peter Pan, y hace tiempo las niñas y yo no lo veíamos. No me gusta el significado qué le da Disney a sus películas, Peter Pan me gusta porque detrás de la historia está ese choque desesperado de salvar la infancia cuando creces y te vuelves un adulto, la inocencia no siempre se salva intacta, se pierden muchos pedazos en el naufragio de crecer, se cambian por experiencia, recuerdos, pasión, valentía, trabajo, responsabilidad, y si se ambiciona demasiado hasta posiblemente: Madurez.

Me senté en la mesa y comenzamos a dibujar, Oliver llegó de nuevo por tercera vez, hablamos en la mesa allí sentados, nos reímos y las niñas trataron en ese momento de escribir en inglés, I LOVE YOU, me fui, y recuerdo que tenia muchas ganas de llegar a casa, como siempre es una gran alegría volver a mi cueva, era jueves y ya todo el percance del dia había terminado, me propuse disfrutar la caminata para llegar pronto.

Cuando al fin abrí la puerta de mi casa, solté la mochila, me quite los zapatos e iluminé mi teléfono con un botón negro en el lado derecho. Un mensaje de Juan:

"London brigde is down."

Me quedé helada, todos mis pensamientos desaparecieron, sentí un extraño vacío, un milagroso silencio, sabia lo que significaba. La reina Isabel ll había muerto. Sabia la avalancha qué seguramente estaba comenzando en redes sociales, decidí entrar a Twitter, allí la gente de todo el mundo estaba opinando sobre este acontecimiento completamente inesperado, todos desde sus teléfonos con teclados en idiomas de todo el mundo, eso es lo más fantástico de Internet que parece totalmente posible reunir a la personas de todo el mundo en tiempo real en un mismo lugar para hablar sobre algo que esta sucediendo en cualquier parte del planeta, solo necesitas una pantalla, habían imágenes de la familia real por todas partes, bromas malintencionadas, gifs, memes, y links sobre todos los artículos de periódicos posteando la noticia, el hecho histórico.

No había que ser británico para comprender qué era hoy el final de una era, de un orden para hacer las cosas, de una forma de pensar humana que se uniría a las otras, a las otras formas de pensar humanas equivocadas, qué tampoco nos sirvieron de mucha ayuda en el pasado y de las que sentimos profunda vergüenza. pero que nos permitieron avanzar a la fuerza para estar ahora mismo aquí, frente a una pantalla.

Comments
* The email will not be published on the website.
I BUILT MY SITE FOR FREE USING