Lo que sí es cierto es que NADIE merece ser maltratado verbal, física o psicológicamente en ningún puesto laboral. Asi que el tema aquí es ¿Cómo sobrevivir a la humillación en el trabajo? hasta por qué puede ser beneficioso ser despedido.
Cada uno tiene aguantes distintos. Como regla general pienso que nadie tendría que aguantar ninguna humillación de otro, pero en ningún contexto. Y son este tipo de malas prácticas laborales, de compañeros o jefes, las que a veces generan una cadena de mala onda que puede extenderse. Si a ti te humillan en el trabajo llegas a la casa apestado, con ganas de desquitarte con alguien... tu pareja o tu familia, por ejemplo. Esa persona luego se siente pésimo, no sabe qué te pasa, y carga con la amargura un par de días, lo que traslada (o no) a su propio entorno laboral. Y así sucesivamente. Dentro de ese proceso alguien tiene que cortar la cadena viciosa.
Lo importante es que este tipo de experiencias te fortalezcan, sacar ideas de lo que NO quieres en tu vida y, cuando te parezca que alguna actitud de esa persona o de otras de tu empresa o vida está muy al borde de lo que aguantarías en circunstancias normales, es hora de hablar. Si una conversación no resuelve nada, y tienes la oportunidad de hacerlo, es hora de volar a otra parte.
También es verdad que no puedo ir por la vida renunciando a trabajos porque aparece un prepotente de mierda que trata así a la gente porque muchos me dicen que me encontraré con mucha gente igual en distintas partes, y también es por un asunto de necesidad económica. No puedo darme el lujo de renunciar de un día para otro si no tengo otra cosa comprometida.
Es cierto que a veces algunos trabajos tienen épocas estresantes o más críticas que hacen que las personas estén más insoportables y creo que parte de eso es entendible. No es el escenario ideal para nadie, pero es lo que pasa en la realidad y listo. Ahora, si es un tema recurrente, constante, que forma parte de la forma de ser de un jefe o de un negocio... no, no... salir arrancando cuando se pueda.
Yo considero que hay unos mínimos donde tiene que haber respecto. Si falta eso entonces no es justificable. Por ejemplo: justo antes de ayer tuvimos una reunión y mi jefe empieza a hablar a viva voz sobre un asunto más o menos privado de un compañero que el último tiempo ha tenido problemas para llegar a las 9 a la oficina. ¿Tú crees que alguien le dijo algo? Claro que no, pero no lo hacen por miedo. Porque saben que si lo paran en seco y le dicen "disculpa, pero eso no es asunto de esta reunión" éste es capaz de cagarte el día con algún comentario mala leche, desubicado y hasta clasista.
Huir. Si es posible marcharse de ese trabajo porque jamás van a recompensar ni el esfuerzo ni la dedicación, y además serás humillado día sí y día también, y por un sueldo, la salud se puede ir al traste.
Consejo No 1: Haz algo y levanta tu autoestima.
"Todo era genial hasta que, un día, me despidieron", escribió. "Es el peor sentimiento del mundo. Me sentí una fracasada. Para empeorar las cosas, mi jefe tuvo que llevarme a casa porque ese día fui a trabajar con el auto de la compañía. No tenía mis llaves y recuerdo que estaba sentada en la entrada de mi casa llorando con una caja llena de mis pertenencias".
"Mi senda al éxito no se parecía en nada a lo que había imaginado. Era una ondulante ruta llena de subidas y bajadas que me ayudó a formarme como soy hoy en día. Lo importante es qué obtienes de cada experiencia y cómo lo aplicas a cada cosa que haces".
Lo que Ana debería haber hecho: Más allá que su jefa es un animal, Ana no supo o no pudo analizar la situación de forma adulta. Nunca salió de su rol de víctima. Lo primero que debería haber hecho es sentarse con su jefa para poner en la mesa los temas que generaron crispación en la relación de forma madura. Además, debería haberle hecho saber, con claridad y de forma rotunda, que sus comentarios sobre el exceso de peso eran desubicados y molestos y no corresponden a un líder generar discriminación por ningún tema. Si la situación con la jefa se pusiera más áspera, aclararle que el mobbing consiste en una agresión psicológica con una intencionalidad subjetiva y perversa de generar daño o malestar psicológico. Demás está aclararle a la jefa que el error en el cash flow no fue intencional y proponerle revisar previamente a una reunión las presentaciones. También insinuarle que no va a tolerar gritos y faltas de respeto frente a colegas.
"La situación empeoró con mi jefa, incluyendo puñetazos al escritorio porque guardé un archivo en otro directorio, gritos porque tal o cual cliente no cumplió con el pago prometido y hasta la colocación una división entre su escritorio y el mío que era llamado 'el muro de Berlín'. Con la contadora pensamos que nosotras estábamos haciendo cosas que a ella le hacían mal y decidimos hacer una consulta con una psicóloga, quien nos derivó a distintas profesionales para hacer un tratamiento que nos pudiera ayudar a sobrellevar la situación y nos sugirió hacer una denuncia que nunca hicimos. No había horarios ni fines de semana, así fue que un lunes feriado me mandó un mail diciéndome que al día siguiente fuera al bar que estaba en la esquina. Quería despedirme. Fue tal la liberación que sentí, que cuando me fui le dije 'gracias'".
Ana fue una víctima, pero seguramente hay otras, calladas, necesitadas del trabajo que, sumisas, agachan la cabeza al destrato psicológico. Hoy tenemos una palabra para definir lo que a Ana le sucedió: mobbing. Se trata de un proceso destructivo sutil que tiende a desacreditar o dañar al trabajador; es un atentado a la dignidad, a la salud física y psicológica de la persona. Estas situaciones provocadas por gusanos organizacionales que se hacen llamar jefes nos destruyen la salud mental.
Pero también Ana tiene que madurar en la vida organizacional. Las situaciones se confrontan. Se tratan cara a cara. Ana, por miedo, no generó una interacción necesaria con la jefa que luego justificaría su charla con recursos humanos e, inclusive, una denuncia por el acoso laboral. Las conductas adolescentes en la organización se pagan con el odio de los jefes. Y si esos jefes son brutales, las consecuencias terminan siempre en el mismo lugar: ser eyectados de la empresa.
Pero también Ana tiene que madurar en la vida organizacional. Las situaciones se confrontan. Se tratan cara a cara. Ana, por miedo, no generó una interacción necesaria con la jefa que luego justificaría su charla con recursos humanos e, inclusive, una denuncia por el acoso laboral. Las conductas adolescentes en la organización se pagan con el odio de los jefes. Y si esos jefes son brutales, las consecuencias terminan siempre en el mismo lugar: ser eyectados de la empresa.
son injustas y ni si jefe debe llevarlas a cabo ni usted tiene la obligación de soportarlas.
Al principio de mi carrera profesional, permití que algunas personas desagradables me pisotearan. En cierta ocasión, un cliente me reprendió por un error en un anuncio que había cometido mi predecesor y yo cedí y le ofrecí devolverle todo su dinero. En otro momento, un jefe amenazó con despedirme por defender a un colega a quien habían tratado mal, y me quedé callado.
En algún momento de nuestra carrera profesional, es probable que tengamos que interactuar con un cretino. Ese tipo de persona que humilla y no muestra ningún respeto.
Sus actitudes pueden variar desde adjudicarse el crédito por nuestras acciones, culparnos por sus errores, invadir nuestra privacidad o faltar a sus promesas, hasta hablar mal de nosotros, gritonearnos y denigrarnos. En palabras del psicólogo organizacional Bob Sutton, estas personas tratan a los demás como basura y ni siquiera se dan cuenta, o no les importa.
“Claro que puede estar en desacuerdo con los datos, pero no me parece que haya sido una manera respetuosa de expresar su opinión. Al menos a mí, no me enseñaron a sostener un debate intelectual de esa manera. ¿A usted sí?”
Esa persona que me interrumpió se ajusta a la definición de “cretino temporal” de Sutton. Todos podemos desplegar ese comportamiento y arrepentirnos más tarde.
Sin embargo, en algunas ocasiones nos topamos con un cretino certificado, una persona que acostumbra humillar a los demás y faltarles al respeto.
Varias investigaciones sobre la psicología de los cretinos certificados revelan que acostumbran racionalizar la agresión.
“¿De verdad? Me extraña, mi impresión es que eres una persona inteligente y creativa, así que no me cabe la menor duda de que puedes encontrar mejores estrategias para lograr la misma claridad sin tener que recurrir a atacar a alguien más”
Algunas investigaciones realizadas en bancos y empresas inmobiliarias han identificado dos formas efectivas de acabar con un patrón de supervisión abusiva. Una es ser menos dependiente del jefe. Si logras minimizar las interacciones, los daños serán menores. La otra es lograr que tu jefe dependa más de ti. Si te necesita, es menos probable que te trate mal.
Trabajar para alguien que constantemente critica todo lo que hacemos, que hace comentarios sarcásticos y hasta nos suelta uno que otro insulto
Si tienes un jefe así, estás ante el clásico matón de la oficina, alguien que repetidamente recurre al "abuso verbal, conducta amenazante, intimidación o humillación" así como al "sabotaje que impide que realices el trabajo" (¿recuerdas esos súbitos cambios en el plazo de entrega?)
La definición que acabo de dar proviene del Workplace Bullying Institute (WBI), una organización sin ánimo de lucro que investiga y capacita en temas de hostigamiento laboral. Tu problema no es inusual: cerca del 50% de los trabajadores estadounidenses reportan haber sido acosados por alguien en el trabajo o haber presenciado en el trabajo cómo se maltrataba a otra persona
El informe del WBI muestra que cerca de tres cuartas partes (72%) de los acosadores o "matones" (bullies en inglés) son jefes, y una de las razones por las que su conducta no tiene consecuencias es porque, en la mayoría de los estados, abusar de los empleados no es un acto ilegal a menos de que el maltrato se base manifiestamente en la edad, el género, la raza o la religión. De allí que la situación evada los radares de los departamentos legales y de recursos humanos de las empresas.
"Los matones se introducen en las compañías disfrazados de individuos muy cualificados que ofrecen alto rendimiento", explica Gary Namie, responsable del WBI. En otras palabras, seguramente tú seas percibido como alguien más indispensable que él. Esa es quizá la causa de que en el estudio de 2007 conducido por el WBI el 53% de los empleadores no hicieron nada cuando un trabajador reportó a un jefe acosador. Y en el 24% de los casos la persona que se quejó fue despedida.¿Qué hacer entonces? Primero, como quieres continuar en esa compañía, comienza a buscar oportunidades (o si pueden darse pronto) para que te reubiques en otro lugar fuera del alcance del hostigador. Conoce a gente de otras áreas de tu empresa donde podrías trabajar, y mantente informado de las vacantes laborales. Sólo saber que no trabajarás para ese jefe toda la vida puede ayudarte a soportarlo.
1. Ignora los berrinches. Una forma de mantenerte sereno cuando tu jefe comience a gritar es repetir un mantra en tu cabeza, como "Ignora la ira. No es tuya". Otra forma de abordarlo es "sencillamente pensar en algo de la apariencia física de tu acosador que más te parezca risible", sugiere Namie. Centrarte en su cómico corte de pelo o en sus grandes orejas "puede ayudarte a mantener la calma" porque "no lo estás tomando demasiado en serio"
.2. Evalúate objetivamente. Los matones son muy hábiles para saber exactamente cómo "hacerte sentir incompetente o que no vales nada", comenta Namie. "Cuando uno sufre críticas constantes que atacan tanto tu trabajo como tu valía, es difícil no creer que tienen razón".Para contrarrestar ese efecto, necesitas a un buen amigo o un aliado respetado en el trabajo "que pueda ayudarte a determinar si algunas de esas críticas son útiles para tu trabajo. Cuáles son válidas, cuales son erróneas, mal informadas, mal intencionadas o simplemente infundadas"
3. Recluta simpatizantes. Si hay otros colegas que también son hostigados por tu jefe, intenta sondearlos sobre el problema, aconseja Namie. "¿Están dispuestos a participar juntos en una lluvia de ideas sobre posibles formas de mejorar la situación, sin que haya uno que se enfrente solo al jefe?"Namie advierte que, incluso contando con un grupo de colegas acosados, posiblemente no podrás transformar la conducta de un jefe matón. Después de todo, le ha funcionado muy bien esa actitud. Pero al menos, en el grupo unos a otros se dan apoyo moral para aguantar hasta el día en que no trabajes más para ese tipo.
5. Elabora un Plan B más temprano que tardeLa desagradable verdad es que muchos empleados que se ven atrapados en un escenario de hostigamiento terminan trasladándose a otro departamento dentro de la organización o yéndose. “No tienes que cambiar de trabajo o de empleador pronto, pero esperar para elaborar un Plan B cuando ya no te queda más tiempo es una manera bastante frágil de abordar la cuestión”, dice Schofield
Si te vas a comprometer con alguien que ese alguien seas vos en primer lugar (por tus sueños), luego con tu pareja, tercero con tu familia.Yo cometí el grave de error de comprometerme ciegamente con esta empresa y hasta rechacé propuestas de otras compañías por confiar en el trabajo seguro.Para que cinco meses después pase lo que pasó (no te imaginas como me arrepentí después)
Tú y nadie más que tú, decide que es lo mejor para ti mismo, cada persona ve y vive una situación distinta por lo que es bueno para alguien puede ser malo para ti.No te desmorones al pensar que no eres bueno en lo que haces porque cuando se quiere se puede, mantente positivo y dedícate a aprender. Visualiza como quieres estar dentro de 1-2-3-5 o 10 años y haz eso que pienses que te ayudara a alcanzar ese estado y haciendo lo que sueñas hacer.
En estas situaciones donde vives una incertidumbre que parece interminable y después de que hayas pasado por las fases de ira, tristeza y miedo, toma esa incertidumbre para poder re visualizar tu vida.Y darte cuenta de qué es lo que verdaderamente te hace feliz y qué es lo que quieres hacer con tu vida para el futuro.Si por cuestiones de la vida tienes algo, una obligación que te está agobiando y no puedes estar mucho tiempo desempleado, toma la primera opción que te aparezca por más mala que sea, en mi caso tenía ahorros que me permitieron estar tres meses sin trabajo. Si ese no es tu caso toma la primera opción que se presente pero siempre pensando en que otra cosa mejor aparecerá y cuando aparezca no la pienses dos veces.
Recuerda que en la universidad aprendes solo el 10% de toda la información acerca de tu carrera pero la vida y el desarrollo de esa carrera te enseña el 90% restante, así que no pienses que no puedes aprender otras cosas, porque si puedes.
Al principio yo tuve pánico de comunicar a mi familia que estaba sin trabajo porque tenía miedo de que piensen que no fui suficiente o capaz de mantener mi trabajo por encima de que yo sabía que mi situación era algo completamente que estaba fuera de mi poder.
Gabriela me ayudó bastante en esto de perder mi miedo a comunicar nuestra situación y la verdad que mi familia entendió perfectamente y todos trataron de colaborarnos en todo lo que estaba al alcance de sus posibilidades.Así que te digo por experiencia propia no sufras solo en vano, para todo existe una solución menos para la muerte que hablando de seguridad eso es lo único seguro que tenemos, así que mejor haz eso que quieres hacer, emprende por tus sueños, vive feliz.
Hay un dicho muy famoso: “No hay mal que por bien no venga”Cuando sientes que la vida te cierra todas las puertas siempre al final existe un camino que te lleva a mejorar tu situación.
A Gabriela se le ocurrió una frase muy buena después de todas las etapas que vivimos, porque tienes derecho a sentir todo eso que se siente, lo tienes que sentir si o si para hacerte más fuerte, todo lo que te digo de ser positivo viene después de sentirte miserable.
También te dejamos un regalo, pasar por una mala situación laboral o directamente un despido te obliga a manejar y controlar tu dinero a la perfección